TEXTOS

Letras, frases, arte cubano hoy, Noceda Fernández, José Manuel.

A lo largo de los últimos 28 años, el arte cubano contemporáneo se ha difundido genéricamente a escala internacional como “nuevo arte de Cuba”, en alusión a las prácticas artísticas más innovadoras de vanguardia que le caracterizan dentro de la isla. Sin embargo, hoy en día habría que reconsiderar ese calificativo a la luz de circunstancias sensibles en el acontecer insular. Haciendo un poco de historia, desde el decenio de los ochenta las artes visuales en Cuba despliegan una gran pluralidad de interesas conceptuales y propuestas de lenguaje, y estimulan a lo largo de todos estos años un acontecer matizado por segmentos de rupturas y continuidades, resultante de las contradicciones lógicas de todo devenir. Esa diversidad se acentuó a raíz de la ya mítica exposición de Volumen I, 1981, que marcó un giro hacia el sentido experimental, la hegemonía antropológica, el influjo postconceptual y la intención crítica en todo el decenio de los ochenta. Después le sucedería la promoción de los noventa (Carlos Garaicoa, Los Carpinteros, Esterio Segura, Abel Barroso, Tania Bruguera, Fernando Rodríguez, Kcho y otros) que introdujeron cambios significativos en al forma de representación, tornando sus obras mucho más tropológicas y rescatando lo que se dio en llamar el “paradigma estético”. Esta ha sido la última promoción coherente y homogénea dentro de la escena artística cubana de años recientes, con una gran circulación internacional de casi todos sus exponentes. Desde entonces, las alternativas discursivas insulares se erosionan y fragmentan, y vuelven más ininteligible sus lecturas totales. Esto me recuerda una entrevista a Wifredo Lam, en la que el maestro comentaba que leía las letras, pero no las frases del arte cubano. Algo similar sucede ahora en un panorama pautado por la dispersión, la falta de coherencia, la desorientación y ciertos vacíos en su interior. Entre lo más novedoso habría que resaltar en los últimos diez años algunas experiencias de carácter colectivo , como Galería DUPP (Desde una Pragmática Pedagógica), dirigida por René Francisco Rodríguez, el colectivo ENEMA, con Lázaro Saavedra al frente, el Departamento de Intervenciones Públicas, encabezado por Ruslán Torres y la iniciativa más reciente y en activo, la Cátedra Arte de Conducta de Tania Bruguera, proyectos que han dinamizado el panorama a partir del trabajo en equipo y de los cuales salen figuras emergentes con mucha solidez. La escena ha variado ostensiblemente sus orientaciones ideo-estéticas hacia una hibridez de interesas, en la cual todo es permisible. Más allá del impacto del mercado, tras el cual se cobijan una infinidad de propuestas y líneas de trabajo no siempre muy afortunadas, el arte cubano no se detiene y sigue generando qué decir. Justo hacia esa vitalidad que hoy apreciamos como menos compacta, pero existe, es que se dirige el espíritu de Isla in contiente, hacia sus desbordamientos, su polifonía conceptual, temática y morfológica, con la expansión paulatina hacia campos y estrategias de representación inéditas. La lógica de la muestra ajusta entonces sus presupuestos curatoriales a la multiplicidad de lenguajes y enfoques vigentes, desde una selección cudadosa de artistas representativos dentro de la producción de sentidos en la isla. Quienes la conforman pertenecen a diferentes generaciones y promociones, que van desde José Manuel Fors, uno de los integrantes de Volumen I, autores de los noventa como José Ángel Vincench, René Peña, Abel Barroso, Fernando Rodríguez y Roberto Diago, algunos artistas- Carlos Montes de Oca, mencionados: Duvier del Dago, Glenda León, Humberto Díaz, hasta los ejemplos más jóvenes como Hander Lara y Michel Pérez, entre otros. Todos ellos inciden favorablemente hoy en día en esa escena y vienen trabajando, en no pocos casos, con un sentido propositito, agudo, y problematizador, con sus inquietudes y percepciones muy personales. Isla in continente es un esfuerzo por acercar al espectador centroamericano a ese vasto acontecer, a partir de un reducido conjunto de poéticas puntuales, de artistas que viven y trabajan en Cuba. Quizás ellos, y otros por igual significativos que no se incluyen aquí, puedan hacer comprensible de nuevo la frase, ese texto plural que se llama arte cubano contemporáneo.