En estos días previos a la Décima Bienal de La Habana, mucho se ha escuchado sobre el proyecto colectivo “Tales from the New World”, organizado por el artista cubano de la plástica Humberto Díaz. A nivel de pasillo y en alguna que otra nota de prensa se ha hecho alusión al mismo, lo cual ha creado cierto ruido que me parece oportuno activar, sin intenciones de precipitar lo que verán el próximo mes de marzo en el citadino Pabellón Cuba. Se trata de una exposición colectiva de artistas cubanos y extranjeros a través de la cual su coordinador general (Humberto) pretende mostrar una mirada al fenómeno de la globalización como diálogo entre creadores del primer mundo –ese que supuestamente la genera – y sus homólogos cubanos. Propuestas artísticas que, de alguna manera, reconstruyen y relacionan lo global como una “nueva” imagen del mundo, por medio de la poética de cada autor, unas veces a través de la comida, otras moviendo montañas, mientras la geografía y los mapas son trasformados por el público y el creador. Entre los participantes se encuentran Gayle Chong Kwan, Stan Douglas, Luis Gómez, Lin Holland & Dave Lewis, Geoff Molyneux, Wilfredo Prieto, Margaretha Schöning, Alexander Guerra, María Victoria Portelles, Benjamin Washigton, Satomi Matoba y Humberto Díaz. La nómina de la exposición –trece artistas– no se reduce a una unidad generacional o temporal. Con varias piezas de temática común, sin importar espacio o tiempo de su concepción, la exclusividad es presentar, por primera vez, a los artistas extranjeros en el mainstream nacional. Como diría su organizador: “se mueve entre varias generaciones y no discrimina, sino que imbrica, a diferentes voces; es una unidad de discursos más que de época”. La exposición, en sentido general, acoge varias manifestaciones artísticas como video, escultura, intervención pública, net art, fotografía, etc. La variedad de registro parece dinamizar la muestra, teniendo en cuenta los riesgos per se del lugar. Según argumenta Humberto Díaz, la museografía ha sido pensada como “diálogo entre obra-espacio, como pequeñas frases que componen un relato mayor que sería este relato del Nuevo Mundo”. Ante esta diversidad podría surgir la duda de cuáles fueron las premisas para la selección de los artistas y por ende de las piezas a exponer, a lo cual Humberto aseguró que la elección, tanto de piezas como de artistas, estuvo determinada, fundamentalmente, a partir del diálogo con los creadores. Si bien en el caso de los participantes extranjeros algunas de las obras no fueron concebidas para la muestra, las mismas se avienen perfectamente al presupuesto “curatorial” 1. Por otro lado, la presentación posibilita la realización de obras osadas, como las de María Victoria Portelles y Humberto Díaz, proyectos complejos en su proyección y considerados los más atrevidos dentro de sus carreras artísticas. Estamos en presencia de piezas que desde diferentes perspectivas intentan reconstruir el mundo contemporáneo, no sólo desde la cartografía, sino en la concepción y aprehensión del mismo. ¿De qué estamos hablando?, ¿Acaso hay alguna novedad en ello? Son imaginarios colectivos que construyen ambas sociedades (primer y tercermundistas) a diario, los cuales se manipulan por la exportación e importación de culturas trasformadas por la desterritorialización. El “Nuevo Mundo” deja de ser la idea arcaica de Las Américas donde los cambios globales generan territorios mutantes. Esta sería la tesis fundamental de la muestra. Una de las peculiaridades de la exposición es la existencia de subproyectos colectivos que parten de ella. En este caso el proyecto " Habana – Liverpool, Real - Virtual Experience" tendrá en la Bienal cubana las primeras aproximaciones al intercambio cultural entre los artistas ingleses Lin Holland & Dave Lewis y la alemana Margaretha Schöning junto a los cubanos Jorge Wellesley, Rosa Elena Amat y Patricia Jaen. Ellos han realizado intercambios de imágenes e información de la ciudad en que residen, para reconstruirla a partir de la visión del “otro”. Esto será presentado en una primera etapa aquí en la capital cuando Holland, Lewis y Schöning lleven sus versiones de nuestra ciudad para posteriormente, en Liverpool 2010, hacer el mismo proceso, esta vez con las imágenes creadas por los artistas cubanos Wellesley, Amat y Jaen. A grandes rasgos hemos de señalar que si bien la Bienal de La Habana ha sido fuertemente cuestionada por la crítica en los últimos tiempos, esta décima edición ha volcado la mirada de artistas y críticos hacia ella. Para bien de la muestra, tanto creadores como organizadores están tratando de conformar discursos que no queden circunscritos exclusivamente a la tesis curatorial del evento, y transiten por ciertas “libertades” creativas. Por todo esto, pudiera coincidir con Humberto Díaz cuando asegura que “Tales from the New World” “pretende dar una arista diferente, no en el sentido de mejor, sino una perspectiva más que hubiese quedado afuera de no existir el proyecto”. Esa es la razón por la que su coordinador presentó el proyecto a la Bienal y el evento decidió invitarlo como curador. El proyecto se encuentra en proceso de realización. A nosotros, mientras tanto, sólo nos queda esperar. NOTAS 1-Pongo curatorial entre comillas porque Humberto Díaz prefiere obviar este calificativo.